sábado, 23 de enero de 2010

Sala de espera

Qué tarada que soy, me digo, cuando disfruto mucho más de los antes de que los propios momentos. El antes de viajar, el antes de encontrarte, el antes de salir. El cigarrillo anterior a todo, que no puede faltar. La dulzura que encuentro en maquillarme los ojos, el sabor de los mates de la mañana antes de salir, preparar un bolso, el descubrimiento de una idea antes de escribirla.

Soy un cíclope que quisiera estar esperando su segundo ojo. La espera es el instante del deseo, creo. Por eso me gusta tanto.

No hay comentarios:

Publicar un comentario