Hay días que empiezan de un color (las nubes). Qué rápido que te estás yendo, corré más. Yo, en tanto, me quedo mirando el cielo. Ese rojo que me creé, después de la película que vi. Afuera y adentro todo es intenso, y como que siento que tengo que decirlo. Aunque estoy quieta, siento que estoy corriendo... y ni me importa lo que voy tejiendo con este resonar difuso que hay en mi cabeza y que son palabras (como siempre).
Alguien se está peinando en un espejo. Alguien escucha música hasta meterse adentro de una canción. Alguien fuma un cigarrillo en un cenicero plagado de cenizas de sahumerio. Hay olor a sábado. Ya tomé mate al sol y jugué con los pájaros.
¿Por qué me influye tanto la ternura de los días?
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